Claves para formar un apego seguro con mis hijos

Episodio 4: El apego seguro con los hijos


La forma en la que nos relacionemos con nuestros hijos los primeros años de vida será el principal factor que influirá en el tipo de apego que vaya a desarrollar. Según María Montessori “los 6 primeros años de vida de nuestros hijos son los más importantes en su vida”, y si bien, no quita que el resto de años sean importantes y necesarios.

Sabemos entonces que la primera infancia asienta las bases de su personalidad, autoestima, habilidades sociales, de su salud mental en general. Entonces nos preguntamos ¿Qué podemos hacer los padres para poder aprovechar al máximo estos primeros años de vida?, y entre tantas respuestas que surgen un tema importante y que últimamente cobra principal vigencia es el apego.

John Bowlby y la teoría del apego: etapas, tipos y claves importantes

¿Qué es el apego?

Es el vínculo emocional que establecen los bebés con sus principales figuras de referencia (padres o cuidadores) y que les permite la supervivencia física y emocional.

¿Los niños pueden confiar en su entorno?, ¿Habrá alimentos cuando tenga hambre?, ¿les cambiarán los pañales?, ¿le mitigarán otras fuentes de dolor?

El cuidador primario es quien tiene el papel trascendental en este punto, los cuidados consistentes y amorosos facilitan el desarrollo de un sentimiento de confianza, tener confianza en el cuidador y en el ambiente desarrolla la confianza en uno mismo.

Tipos de apego

Como ya sabemos, existen dos tipos fundamentales de apego, el inseguro y el seguro:

Apego seguro:

Este tipo de apego se desarrolla cuando los padres/cuidadores satisfacen no solo las necesidades básicas (alimentación, aseo) sino también las necesidades afectivas, los niños reciben amor, consuelo y seguridad cuando lo necesitan. Entonces los niños y niñas crecen sabiendo que sus cuidadores están disponibles para ellos, y esto hace que sean cada vez más autónomos y confiados y, si nos proyectamos a futuro de adultos serán capaces de establecer relaciones sanas con otras personas.

Apego inseguro:

Este tipo de apego se da cuando el cuidador principal no es confiable, esto quiere decir que puede que sea intermitente satisface de vez en cuando las necesidades de su hijo, o inexistente, no satisface sus necesidades sean físicas o emocionales o las posterga. Por eso en este tipo de apego, podemos encontrar algunos subtipos.

Esto genera que el pequeño crezca en un ambiente muy ambivalente y presente incertidumbre y miedo ya que no sabe qué puede ocurrir. A largo plazo en estos casos se presentan una pseudo independencia, niños o adultos que parecen independientes, pero no lo son del todo, dependientes de objetos o sujetos.

Importancia

Desde los primeros días de vida hasta la adultez, la calidad de los vínculos afectivos influye en aspectos clave de su salud mental, personalidad, habilidades y sus relaciones.

El impacto positivo del apego seguro se da en diversas áreas, algunas de ellas son:

  • Desarrollo Emocional, permite que las personas desarrollen la capacidad de regular sus propias emociones y establecer relaciones afectivas estables en el futuro.
  • Confianza y autoestima, contribuye a la construcción de una autoestima positiva y a la formación de una identidad sólida
  • Habilidades sociales: influye en la capacidad de establecer y mantener relaciones interpersonales, estables y saludables. Tienden a desarrollar la empatía.
  • Resiliencia, desarrolla la capacidad de resolución de los obstáculos de la vida.
  • Salud mental, mitiga el riesgo de padecer ansiedad y/o depresión, u otros desórdenes mentales.

Claves para desarrollar el apego seguro                       

En primer lugar, analicemos ¿quién o quiénes son los principales cuidadores de nuestros pequeños?, ¿quién atiende sus demandas?

Dependiendo de la edad se tiene por ejemplo que en niños menor de los 12 meses:

  • Lactancia materna exclusiva los primeros meses de vida
  • Mantener el contacto piel con piel (porteo)
  • Colecho o dormir junto al bebé
  • Siempre estar presente frente al llanto del bebé, quien demanda una necesidad.

En niños mayores de un año:

  • Establecer normas y límites claros, siendo constantes, coherentes y flexibles en algunos casos.
  • Fomentar la autonomía del niño otorgándole responsabilidades acordes a su edad
  • Escucharlos eficazmente y poseer una comunicación asertiva
  • Validar sus emociones, respetando lo que sienten y ayudándoles a gestionarlo
  • Expresiones de afecto constantemente, verbales y físicas
  • Establecer momentos de juegos con usted presente.

Recuerda que nunca es una buena idea dejar a un pequeño llorando sin consuelo, es importante que recordemos que nuestros pequeños, por la etapa de desarrollo en que se encuentran, y la inmadurez cerebral de esa etapa, hace que no cuenten con habilidades para relajarse y afrontar su experiencia de manera eficaz. Tampoco se trata de alivianarles el camino por completo, sino de prepararlos y darles las herramientas para que puedan transitar su camino de forma independiente.

Por lo tanto, formar un apego seguro implica la dedicación a la atención emocional, la comunicación efectiva y la creación de un entorno que promueva la confianza y la conexión. Reconocer la importancia del apego y cultivar relaciones afectivas sólidas desde la infancia hasta la adultez es esencial para fomentar el bienestar emocional y construir una base sólida para relaciones interpersonales saludables. Entonces, nuestra principal tarea es sentar las bases de seguridad y cariño lo que les hará crecer de forma autónoma e independiente, con la confianza en los demás y en sí mismos.

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